¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?
Todos seguramente hemos sentido síntomas de ansiedad en algún momento. Cuando las preocupaciones parecen dominar nuestros pensamientos, y físicamente nuestro cuerpo está en constante alerta, no dormimos bien y se alteran los patrones de las comidas. El estrés excesivo o una situación vital especialmente difícil pueden llevarnos a este estado. En este caso puede ayudar tener herramientas para contra restar la presión a la que nos vemos sometidos.
Si los síntomas se agravan y persisten en el tiempo, podríamos estar hablando de algún trastorno psicológico. Por ejemplo, según el DSM-V, los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada son los siguientes:
"A. Ansiedad y preocupación excesiva (anticipación aprensiva), que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar).
B. Al individuo le es difícil controlar la preocupación.
C. La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (y al menos algunos síntomas han estado presentes durante más días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses):
1. Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta.
2. Fácilmente fatigado.
3. Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
4. Irritabilidad.
5. Tensión muscular.
6. Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio).
D. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.”
(APA, 2014)
ATAQUES DE PÁNICO
En algunas ocasiones llegamos a experimentar el llamado ataque de pánico. Suelen ser síntomas físicos que interpretamos de manera catastrófica, y sin embargo no existe ningún motivo médico para explicarlos.
Quizás experimentes sensaciones corporales como palpitaciones o falta de aire, e interpretas que estás en verdadero peligro. Ante la sensación de peligro, tu cuerpo dispara el sistema de alarma, descargando adrenalina y noradrenalina, empeorando por lo tanto los síntomas experimentados. Este mecanismo podría convertirse en un círculo vicioso del pánico.
¿CÓMO AFRONTAR ESTAS SITUACIONES?
Solemos juzgarnos mucho si experimentamos este tipo de síntomas. Creemos que solo nos pasa a nosotros, y que es imposible escapar de la ansiedad. Pero quizás puedas hacerte consciente que eres humano, y que todos pasamos por momentos difíciles en nuestras vidas. También ante el miedo a estas situaciones podrías preguntarte…a pesar de lo terrible que es la sensación…¿hay un peligro real, mortal? Relativizar quizás te ayude a sostener el momento difícil, sabiendo que...¡pasará!¡Sobrevivirás!
Si sientes tu respiración muy agitada y superficial, puedes probar a respirar de manera larga y profunda, alargando sobre todo la exhalación para descargar el exceso de oxígeno que quizás esté circulando en sangre en este momento.
ANSIEDAD Y TERAPIA
Según la gravedad de tus síntomas, podría ser recomendable un acompañamiento psicológico profesional. Incluso la medicación puede ayudar en momento concretos. Tu psicólogo sanitario podrá orientarte al respecto.
En casos más leves de ansiedad, un acompañamiento terapéutico humanista puede ser una herramienta muy valiosa. Ir descubriendo las capas de tus sensaciones junto a tu terapeuta, descubrir que convicciones subconscientes o experiencias pasadas pueden estar nutriendo tu ansiedad, puede ayudar a una mayor toma de conciencia. Quizás descubras que la ansiedad es solamente el telón que cubre unas emociones más profundas que están deseando comunicarte algo. Cada persona es un mundo, y tu historia es irrepetible. Solo tu podrás encontrar las claves, pero tu terapeuta estará allí para guiarte y acompañarte.
REFERENCIAS
American Psychiatric Association - APA. (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 (5a. ed. --.). Madrid:Editorial Médica Panamericana.
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